El pontón con las 4 megagrúas, de 112 metros de alto, adquirida por Grupo Davila para Termavi partió de Ámsterdam – La empresa espera desembarcar el guindaste antes del domingo.
El nuevo titán del puerto navega rumbo a casa. La grúa Super Post Panamax adquirida por el Grupo Davila en Holanda para su uso en la Terminal de Contenedores -Termavi- partió el sábado de los muelles de Ámsterdam. A lo largo de la semana el pontón en el que viaja junto a sus otras tres gemelas -destinadas a la terminal de Tenerife- surcará las aguas del Mar del Norte y el Atlántico. El tiempo que la acompañe durante esa travesía marcará su llegada a Vigo. La fecha que se manejaba ayer es que la ría reciba a su nuevo huésped entre el viernes y el domingo. La lluvia, el viento y el mal estado de la mar ya obligaron a posponer el embarque, fijado en un principio para finales de septiembre.
La maniobra supone todo un reto para la empresa y marcará un hito en el sector. «Es la primera vez que se transportan cuatro grúas de este tipo de forma simultánea en un pontón», apunta Álvaro Molina, responsable de la División de Proyectos de Altius, perteneciente al Grupo Davila. Para dar una idea de lo «complejo» del proceso Molina recuerda que, solo entre los cuatro guindastes, la carga suma más de 5.600 toneladas. «Hasta el puerto de Brest, en Francia, tenemos un segundo remolcador de apoyo; a partir de ahí ya navegamos con uno solo», zanja. La velocidad a la que avanza «depende de las condiciones climáticas», pero oscila de media entre los 3,5 y los 9 nudos.
Durante todo el viaje técnicos de Altius controlarán a través de Internet el minuto a minuto de la carga. Sus responsables disponen de un moderno programa que actualiza sin pausa la hora estimada en que el pontón tocará puerto. Nada se escapa en una maniobra sin precedentes que permitirá desembarcar en Termavi un ingenio de 1.350 toneladas, 112 metros de altura con la pluma levantada -72 m en posición de trabajo- y 26 metros de ancho. Unas medidas que, en todo el arco atlántico, solo es posible encontrar en la terminal de Sines -en Portugal- y convierten a Vigo en el puerto mejor dotado de Galicia. Para atar todos los cabos de la operación Altius empleó 320 toneladas de acero, 8.000 horas de trabajo con un equipo de 20 soldadores y 750 horas de ingeniería para diseñar y construir los refuerzos. Arribar a Vigo no será sin embargo el final del reto. Ya en Termavi, los ingenieros tendrán que trabajar con un sistema de contrapesos que evite que el peso en la plataforma se descompense al bajar la grúa. «Lo haremos con lastres», avanzan.